Lo nuestro comenzó como un juego, sin intención y sin afán.
Poco a poco te volviste parte demis alegrías y mis tristezas.
Conforme transcurrió el tiempo me adentré en tu mundo mientras te envolvía en el mio.
Han sido tantas las anécdotas, los momentos felices y con todo y los problemas me enseñaste que sólo soy un corderito disfrazado de lobo.
Las lunas siguen transcurriendo y cada día te neesito aun más para que esboce una sonrisa en mi rostro al escuchar tu profunda voz.
El destino movió los hilos de nuestras vidas para estar juntos día con día.
Y sé de antemano que te extrañaré, eso, tenlo por seguro.
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